Tras una época de máxima incertidumbre y restricciones, en la que constantemente estamos hablando de no saber si continuaríamos trabajando, de limitar nuestra libertad de movimiento o de tener alta probabilidad de perder la salud, el liderazgo en las organizaciones cobra aún mayor relevancia, debiendo afrontar distintos retos muchas veces en un doble formato, presencialmente y a distancia.
Uno de ellos, tiene que ver con la gestión del miedo, el propio y el ajeno.
Gestión del miedo en la empresa
En este sentido se hace fundamental por un lado, transmitir calma y serenidad, tanto en el estilo, en la forma, como en el fondo, en los mensajes.
Por otro, es necesario trabajar en la generación de confianza, haciendo que las personas se sientan permanentemente cuidadas, vistas, seguras, reconociendo su contribución, actuando con transparencia, tanto en los argumentos como en los hechos. También gestionando de forma ágil y anticipándose siempre que sea posible en la toma de decisiones para neutralizar el ruido de los cambios continuos y de la sobreinformación.
Igualmente es importante entrenar la capacidad de resiliencia del equipo atravesando de manera conjunta y bajo una misma dirección las dificultades y frustraciones, generando el mayor aprendizaje y número de alternativas posibles en su abordaje.
La necesidad de impulsar el cambio
Otro gran reto en la dirección de personas en estos momentos tiene que ver con la necesidad de impulsar el cambio y las transformaciones profundas con agilidad y seguridad.
Es muy importante informar con convencimiento y argumentos de la necesidad o urgencia de dichos cambios, haciendo una labor informativa y pedagógica eficaz que permita a toda la organización su comprensión e implicación.
Aprovechar los beneficios que la tecnología nos ofrezca en cualquier cambio será también fundamental, nos podrá ayudar a reducir tiempos, contar con datos o información, llegar a más personas y de forma más rápida y visual y también a tomar las mejores decisiones posibles de acuerdo a ellas.
Contar con perfiles diversos que rompan las inercias y tendencias adquiridas nos ayudará también a estar mejor preparados para afrontar cambios, sin olvidarnos tampoco de celebrar cada logro alcanzado en relación a los mismos.
¿Cómo se puede apoyar el abordaje exitoso de estos retos desde el área de Personas o RRHH, interno o externo?
Por un lado, aportando un punto de vista ajeno al día a día de los equipos y sus líderes, y de sus roces cotidianos, tomando distancia de ellos y ayudando a centrarse en lo que es realmente importante en cada momento eliminando puntos de distracción.
Por otro, interviniendo cuando sea necesario a través de la supervisión, la mediación o reforzando con la presencia de competencias necesarias cuando no estén presentes en sus líderes. Apoyar la planificación de un trabajo a medio y largo plazo sin que la inmediatez nos impida evolucionar puede ser también una gran contribución.
Para ello se puede partir de un diálogo, de un diagnóstico compartido inicial que busque el compromiso de todas las partes en una hoja de ruta que nos permita llegar paso a paso hasta donde necesitemos.
Finalmente, y no menos importante, será trabajar por colocar al mayor factor de competitividad de las organizaciones, las personas, en el centro de su estrategia de negocio fomentando una cultura de responsabilidad compartida que ayude, junto con la flexibilidad y la resiliencia necesarias, a abordar los retos, no sólo presentes, sino futuros.
En ARETÉ-ACTIVA te podemos ayudar en todo este proceso y en la gestión de los cambios, incertidumbres y miedos que existen en las empresas y en las personas que las componen.
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