Las organizaciones que promueven y gestionan asuntos sociales, tienen el mismo interés que cualquier otro tipo de organizaciones en cuidar su imagen corporativa. Es más, la imagen que tengan los usuarios/as, destinatarios/as o la sociedad en general sobre los mismos, es esencial para el tipo de intervención que puedan llevar a cabo. Dicha imagen revierte a dichas organizaciones como si se viesen reflejadas en un espejo. Incluso cuando no se dispone de análisis específicos sobre la imagen que proyectan, les llegan referencias de ella de manera constante en forma de: comentarios, actitudes o comportamientos. Por otro lado de poco sirven las campañas de comunicación si la imagen que se pretende crear, reforzar o modificar no se ve confirmada por la práctica del día a día (García, G. y Ramírez, J.M. “Imagen y comunicación en temas sociales”).
La comunicación eficaz se convierte por ello en un elemento fundamental, más en los tiempos convulsos actuales. D. José Manuel Ramírez Navarro, Presidente de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales de España, pudo compartir y practicar con los y las participantes en la acción formativa que tuvo lugar el martes 24 de abril (“Cómo hablar en público y que te entiendan”cofinanciada por el Servicio Navarro de Empleo y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social que organiza la Confederación de Empresarios de Navarra e imparte ARETé-activa), algunos aspectos clave a la hora de comunicarse con la audiencia y con los medios de comunicación, entre ellos:
– Tener algo que decir y ganas de comunicar.
– Elaborar un buen esquema con tres o cuatro ideas principales que se ramifican con dos o tres argumentos de peso cada una, y que se presentan de manera ordenada y lógica.
– Preparar muy bien los dos primeros y últimos minutos de la presentación, son clave para enganchar y ganar a la audiencia.
– Tener en cuenta al auditorio para ganar su complicidad, cada persona que nos escuche debe sentir que le hablamos a ella, usar un lenguaje directo, mirando al auditorio y mostrando interés por él.
– Buscar entre el auditorio a aquellas personas que nos den un refuerzo positivo para apoyarnos en ellas.
– Comunicar en positivo, calificar en positivo lo que decimos, incluidos nosotros mismos.
– Dosificar convenientemente, según el auditorio, lo racional y lo afectivo.
– Conocer los argumentos contrarios y anticiparnos a ellos abordándolos.
– Mantener la atención y el interés del auditorio: brevedad (no se mantiene la atención más de 21 minutos), romper la monotonía (con anécdotas, etc.) usar el humor cuando sea adecuado.
– Cuidar el aspecto físico y de la presentación audiovisual (pensar que se está dentro de una pecera y todo lo que se hace se ve).
– Detectar actitudes de boicot a la intervención y defenderse de ellas sobre todo si la mayor parte del auditorio puede percibirlas.
– Controlar muletillas y nervios que transmitan inseguridad apoyándonos en el feedback de colegas y ejercicios de relajación previos.
– Hablar con naturalidad sin abandonar el estilo propio.