¿Sabes cuáles son las fases para implantar un Plan de Igualdad en tu empresa?
Porque tal y como contempla el Art. 46 de la Ley Orgánica 3/2007, un Plan de Igualdad es un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo.
Si estás leyendo esto es porque eres consciente de que tu empresa cumple con algunos de los factores que hacen que tener un Plan de Igualdad sea obligatorio:
- Tiene más de 50 trabajadores.
- El convenio colectivo así lo indica, independientemente del número de trabajadores.
- Las autoridades lo exigen por diversos motivos.
Si no sabes por dónde empezar, déjanos decirte que desde ARETÉ ACTIVA podemos ocuparnos de todos los trámites y su gestión, pero no queremos perder la ocasión de explicarte en qué consisten las fases para implantar un Plan de Igualdad en tu empresa.
Fases para implantar un Plan de Igualdad en la empresa
Un Plan de Igualdad es un documento estratégico que deja establecidos cuáles son los procedimientos de diferentes puntos de la empresa para que exista una paridad real entre los trabajadores sin que haya ningún tipo de discriminación por género.
#1 Compromiso de la empresa
La primera fase es, sin duda, el compromiso de la empresa para establecer este Plan de Igualdad y definir de qué forma se va a realizar.
Es necesario nombrar un Comité de Igualdad en el que se designen las funciones, los canales de comunicación y los tiempos que se van a llevar a cabo.
Todo esto dependerá de cómo se vaya a realizar la implantación del Plan de Igualdad; si lo hace la misma empresa o si recurre a una empresa externa como lo es ARETÉ ACTIVA para que le de soporte en las gestiones necesarias.
#2 Elaboración de un diagnóstico
Para llevar a cabo un diagnóstico y valorar desde qué punto se parte en la creación del Plan de Igualdad, hay que recoger información sobre la empresa y sus trabajadores para ver dónde están los puntos de desigualdad entre hombres y mujeres.
Entre los datos que se tienen que reunir debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Cuáles son las condiciones de selección, contratación, clasificación y retribución entre hombres y mujeres.
- Oportunidades con la formación y la promoción interna entre ambos sexos.
- Condiciones de trabajo, incluida la auditoría salarial entre mujeres y hombres.
- Ejercicio corresponsable de los derechos de la vida personal, familiar y laboral.
- Infrarrepresentación
- Prevención del acoso sexual y por razón de sexo.
Los datos se pueden recoger de múltiples formas; o bien la empresa facilita datos de los empleados como edad, género, antigüedad, número de hijos, categoría, base salarial y bajas, entre otros, y combinarlos con entrevistas a los trabajadores o bien, se recoge cierta información a través de formularios e informes.
Con toda esta información recogida, se diagnostican los puntos de desigualdad que existen en la empresa y se define los límites de actuación del Plan de Igualdad.
Este diagnóstico debe ser negociado, buscando el acuerdo con la representación laboral de las personas trabajadoras. A veces esto es complicado porque nos podemos encontrar con que en esta negociación se entremezclan aspectos reivindicativos que poco tienen que ver con la promoción de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
En todo caso, en el mismo diagnóstico se realizarán una serie de propuestas y se especificarán cuáles van a ser las medidas que se van a aplicar para eliminar estas casuísticas.
No obstante, el diagnóstico no es inamovible y puede sufrir actualizaciones y modificaciones en cualquier momento, por lo que se podrían tener que revisar de nuevo puntos como los límites de actuación.
#3 Redacción del Plan de Igualdad
Partiendo del diagnóstico anterior y teniendo en cuenta que puede sufrir modificaciones, se redacta un Plan de Igualdad oficial en el que se establecerán las medidas que la empresa está obligada a aplicar con el objetivo de reducir puntos clave de desigualdad.
Este documento recogerá toda la información respecto a las gestiones realizadas previamente y las actuaciones a realizar a partir de ese momento.
Algunos de los ámbitos que se contemplan son: política, liderazgo, estrategia, participación, comunicación interna, selección de personal, promoción, retribuciones, salud laboral, formación, corresponsabilidad y gestión de procesos internos, entre otros.
También este documento debe ser negociado, al igual que el de diagnóstico, con la RLT. Y también en este momento nos podemos encontrar con situaciones en las que esta negociación es difícil llevar a un acuerdo puesto que se entremezclan aspectos reivindicativos que poco tienen que ver con la promoción de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
#4 Diseño, seguimiento y evaluación
En el diseño del Plan de Igualdad en base al diagnóstico realizado y a los objetivos que se quieren conseguir, se ha de elaborar un calendario en el que se establezcan plazos para realizar cada una de las acciones, así como nombrar personas responsables de cada una de esas acciones.
También se deberán definir los recursos de los que se dispone y mediante qué actividades se van a realizar los cambios.
A lo largo de la fase de seguimiento no solo hay que contemplar que se cumplen los cambios propuestos por el Plan de Igualdad, sino que se deben buscar posibles nuevas mejoras.
La evaluación será la que indique si se están consiguiendo los objetivos de la implantación del Plan de Igualdad o no y nos dirá qué impacto están teniendo estas acciones en la empresa.
El Plan de Igualdad de tu empresa
Aunque te hemos contado cuáles son las fases para implantar un Plan de Igualdad en tu empresa, entendemos que si la tuya no está familiarizada con este tipo de gestiones, puedes estar retrasando su aplicación.
Recuerda que siempre puedes contar con una empresa externa como ARETÉ ACTIVA para que se ocupe de todas las fases de implantación del Plan de Igualdad.
¡Ponte en contacto con nosotros y pide información sin compromiso!