Terminado el primer semestre del año, llega la vuelta del verano, y para muchas empresas momentos de cambios internos. Con la llegada del verano toca hacer un balance y reflexionar sobre ¿qué es lo que se ha hecho bien para potenciarlo? ¿Qué es lo que se ha hecho mal para cambiarlo? ¿Qué rumbo debe tomar mi empresa?…, y poder tomar decisiones.

Las empresas empiezan un nuevo curso, y para sacar la mejor nota a final de año, buscan a los profesionales con mayor talento para su organización. Así que debemos estar atentos a las ofertas de trabajo y prepararnos muy bien las posibles entrevistas de trabajo. Compartimos con todos varios consejos de cómo preparase una entrevista de trabajo para tener éxito.

 

1. ¿Por dónde hay que empezar?

Es importante que antes de acudir a la entrevista de trabajo reflexionemos sobre el porqué de la entrevista:

  • ¿Por qué nos gustaría trabajar en esa empresa?
  • ¿Qué es lo que nosotros/as podemos aportar a la empresa? Es importante realizar una autoreflexión sobre nuestros puntos fuertes y área de mejora, conocer nuestras habilidades y competencias más destacables.
  • ¿Qué esperamos de ese nuevo puesto de trabajo?

Por otro lado, tenemos que conocer a qué se dedica la organización, en qué mercados se mueve, cuáles son sus clientes potenciales, situación actual del sector en general y de la empresa en particular…

A la hora de acudir a la entrevista de trabajo tenemos que tener en cuenta algunos aspectos de presentación: acudir bien vestido, para esto e importante conocer la entidad (si es una entidad bancaria, iremos en traje y corbata, pero si es para un puesto de operario quizás podamos ir más informales). Arreglarnos y ponernos guapos/as nos puede aportar seguridad en nosotros mismos.

Debemos confirmar nuestra asistencia, así como el lugar, fecha y hora de la entrevista. También es aconsejable prepara bien el CV y llevar una copia.

 

2. Durante la entrevista…

No debemos llegar a la entrevista ni muy pronto ni tarde, la puntualidad es muy importante y dice mucho de nosotros mismos.

El entrevistador agradecerá si el candidato o candidata mantiene contacto visual durante la entrevista, evitando colocar objetos entre nosotros como, por ejemplo, nuestras pertenencias bolsos, mochilas, etc.

Por otro lado, la comunicación no verbal cobra gran importancia en las entrevistas y sirve para apoyar el discurso que haremos para vender lo mejor de nosotros mismos. Debemos intentar ser naturales, sonreír, sentarnos derechos, no ser impacientes y tratar de evitar aquellos gestos que nos hagan parecer nerviosos, como mordernos los labios, jugar con los anillos o dar golpecitos con un bolígrafo sobre la mesa. El truco esta en adoptar una postura discretamente relajada que nos permita comunicarnos de una manera cómoda y ser lo más natural posible, dentro de la situación en la que nos encontremos.

En cuanto al tono de voz, hay que procurar emplear un tono adecuado, ni muy alto ni muy bajo, evitando lo más posible las “muletillas” al hablar, intentado ser directos en nuestras respuestas mostrando seguridad y decisión, siendo sinceros y claros, mostrando coherencia con lo que afirmamos en nuestro currículo y explicando cualquier duda que a la persona que nos entrevista le pueda surgir. Queda fuera de lugar criticar trabajos anteriores.

No hay que interrumpir al entrevistador mientras nos hable, así como no tardar en contestar, y cuando lo hagamos, tiene que ser de forma clara y breve, nunca con dudas, evasivas o monosílabos. Tampoco no negarnos a responder preguntas, mientras guarden relación con el tema que se está tratando.

No debemos tener miedo a preguntar las dudas que tengamos sobre el puesto; las funciones que asumiremos, a quien reportaremos y si tendremos gente a nuestro cargo, movilidad, habilidades requeridas, convenio, etc. Podemos tener algo para tomar notas si nos resulta más cómodo.

Antes de marcharnos, podemos intentar conocer datos sobre la próxima etapa del proceso de selección (lugar y fecha) y apuntarnos el nombre de quien nos ha entrevistado.

Al salir, estrechar de nuevo la mano del entrevistador, agradeciéndole su tiempo y dedicación. Si quedamos pendientes en enviarles algo más de documentación, hacerlo en la mayor brevedad posible.

 

3. Y… ¿después de la entrevista?

Una vez finalizada la entrevista, es conveniente hacer una autoreflexión y analizar los resultados obtenidos; resaltar aspectos positivos y negativos del encuentro para que nos sirva de aprendizaje y mejorar en un futuro. Podemos incluso anotar nuestros puntos fuertes y áreas de mejora para próximas entrevistas.

Si no tenemos noticias del proceso de selección en un tiempo, podemos llamar para preguntar en qué momento se encuentra o si ya han finalizado con el mismo.

 

El objetivo es preparar lo máximo posible la entrevista de trabajo para aumentar las posibilidades de ser contratados para el puesto, así como para generar una imagen de marca positiva en tu entrevistador. Así que prepárate todo lo que puedas la entrevista y demuestra que ese puesto de trabajo te lo mereces ¡Mucho ánimo!

 

 

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