Para movilizar con éxito a los equipos de los Servicios de Emergencia, sus máximos responsables deben dotarse de grandes dosis de esfuerzo, constancia, predisposición, resistencia a la adversidad, además de una alta capacidad de integración y liderazgo.
Al estrés asociado al alto riesgo que tiene la toma de decisiones en este tipo de servicios, se le suma en ocasiones la dificultad de actuar con la flexibilidad y agilidad necesarias cuando se prestan desde sistemas organizativos administrativamente rígidos y basados en la cultura de tipo funcionarial de máxima división de funciones y especialización.
Cuando el resultado de no alcanzar un nivel de competencia adecuado en el desempeño puede tener como resultado ya no la pérdida de bienes materiales, sino de vidas humanas, la exigencia del perfil competencial se convierte en un elemento imprescindible.
De los responsables y lideres formales de los servicios de emergencia se requiere la dinamización de los equipos de trabajo para implementar una cultura de cooperación en contraposición a la tendencia de rivalizar tanto por especialidades como por niveles jerárquicos.
ARETé-activa ha podido constatar tras llevar a cabo una intervención con una agencia autonómica de emergencias, que para ello son fundamentales en sus perfiles competencias como comunicación, comprensión de la organización, identificación y resolución de problemas, orientación al logro, responsabilidad, trabajo en equipo o gestión de conflictos.
Por todo esto, y reconociendo la función vital que tienen los distintos servicios de emergencia a nivel social, es preciso programar dinámicas de apoyo dirigidas a sus estructuras de mando, orientadas al desarrollo de sus competencias y su bienestar, para potenciar así su desempeño garantizando una atención de calidad.